El culpable siempre cree que alguien conoce su secreto. Todos tenemos secretos. Jamás podrás conocer realmente a alguien, ni siquiera puedes decir que te conoces por completo. ¿Se puede confiar en alguien? ¿Puedes confiar en ti mismo?

Stephanie y Emily son mejores amigas. Stephanie estaba muy sola hasta que aquella tarde lluviosa Emily decidió compartir con ella su hermoso y “único” paraguas de diseñador. Stephanie conoce a Emily, sabe que jamás desaparecería sin motivo, dejándola, abandonando su carrera y sobre todo dejando a Nicky atrás. Emily es brillante y sofisticada, sabe que la información es poder, a eso se dedica, trabaja en relaciones públicas para un famoso diseñador en Manhattan y aunque su trabajo es demandante siempre saca tiempo para lo importante: Sean y Nicky, su familia.

Vivir en un pequeño pero rico pueblo parecía seguro. Lo que empezó como un pequeño favor ahora parece una pesadilla sacada de un thriller psicológico a lo Hitchcock. ¿Dónde demonios está Emily? Si estuvieras en esa circunstancia, si tu mejor amiga te pidiera que cuidaras a su hijo y no regresara ¿Hasta dónde llegarías para hacerlo? ¿Qué querría tu amiga que hicieras?

Un pequeño favor es la primer novela de Darcy Bell (1981) profesora de Pre escolar en Chicago, y ha sido llevada a la gran pantalla y estrenada en septiembre de 2018 por Lionsgate (Película que no he visto y no sé si ver, pues a veces las adaptaciones decepcionan) y honestamente espero no sea la última, pues me atrapó por completo. La historia está muy bien estructurada y me gustó mucho el juego que los capítulos trazan, todos narrados en primera persona por los personajes principales y algunos, empezando con entradas del Blog de Sthepanie, la “capitana mamá” de la historia.

Me hizo recordar la novela “Perdida” de Gillian Flynnn y en un par de capítulos me trasladó a “Viajo Sola” de Samuel Bjork, ambas con tramas intrigantes, llenas de suspenso y con finales sorpresivos, justo como Un pequeño favor.

Su genialidad reside en los pequeños detalles, pequeños secretos que van revelando la verdadera naturaleza de cada personaje y las decisiones que tomaron en cada momento determinante. El cinismo de una y la perversa ingenuidad de la otra, si es que algo como la “perversa ingenuidad” existe.

Una frase, de las muchas con las que me quedo de este libro es: “Quizá la muerte me desquicia. Quizá la pena suelta un demonio que de otra manera permanecería oculto en mi interior”.

Espero poder, en un futuro cercano, leer algo más de esta autora. 

Y tú ¿Quieres hacerme Un Pequeño Favor? ¡Léelo, te va encantar!