Rialto, 11

Naufragio y pecios de una librería

De Belén Rubiano                  

“Es cierto que todo lo importante acaba siempre de repente.”

 

Una historia en la que la autora es personaje, heroína y víctima, se aparta un tanto de la narrativa convencional. Una historia en la que la protagonista es una librería, la coloca en otro anaquel. Esta original fórmula provoca que Rialto 11 se beba y se almacene para siempre donde guardamos aquellas narraciones que invitan a habitarlas.  

Rialto 11, Naufragio y pecios de una librería, es la historia de una librería que nació en el imaginario de una joven enamorada de los libros, creció lo que circunstancias un tanto atroces le permitieron crecer, padeció los estragos de la globalización y se quedó dormida para siempre de puro cansancio ante tantas batallas. Sin embargo, durante los años que abrió puertas vivió y vio vivir como pocos sitios.   

Aventurera, soñadora y devota del trabajo hasta límites dudosos, Belén Rubiano decide ser empresaria de los libros después de haber sido librera en otros establecimientos, sin mucha noción de lo que implica manejar un negocio, pero con pasión desaforada por el mundo literario. Encuentra un local perfecto, antiguo, en el centro de Sevilla. «Mi hermosa librería» citando a Belén, lo fue gracias a sus hermosas ventanas, un caudal de hermoso entusiasmo y una especie de cooperación familiar que también tuvo en su momento su dosis de hermosura. El local estaba integrado en lo que los dueños llamaban «nuestra casa palacio». Ya desde el principio Rialto 11 fue una dama con temple y sustancia.

En el transcurrir de sus páginas, con inusitado pero delicioso uso del lenguaje, narra los entresijos del arte de vender libros, muchos de los cuales desconocía y le provocaron más de algún desbarajuste. Con ternura infinita, celebra los cálidos regalos que la experiencia librera le permitió disfrutar. Su humor, su optimismo a prueba de números rojos, el talante con que llevaba su rol de librera /propietaria y hasta la honesta forma con la que reconoce fallos, omisiones y demás infortunios, hacen de la lectura un deleite real. Con Belén te ríes a más no poder, te enojas –con ella, por supuesto– pero también con otros personajes o con situaciones indigeribles. También lloras. Por extraño que parezca, lloras de empatía. Belén te divierte, te educa, te conmueve. 

Puede decirse que Rialto 11 son sus memorias acotadas por la vida de la librería. Pero también es un ameno tratado de lo que supone aventurarse dentro de la jungla del emprendimiento en una industria con caprichosas normas, con poderosos alfiles y vulnerables peones y, en el centro de cada capítulo, el poder mágico de los libros. La autora permite conocer a personas que entraron por las puertas de su librería para también entrar en su vida. Da cuenta de autores, de anécdotas imposibles y habla de amor. Porque lo que empujaba a esta mujer a andar, tropezar y levantarse por los anaqueles de su liberaría fue amor en estado puro, una divina locura. Rialto 11, Naufragios y pecios de una librería se lee suave… sin poder soltarlo. 

  

“Cernuda hubiera estado conmigo. Sufre, pero nada digas, me aconsejaría, 

despedirse de una librería es algo de una esencia que se corrompe al hablarlo.”