La llegada de esta novela a mi vida fue el resultado de una tarde de sábado hace cuatro años cuando visité un bazar en zona uno, dentro de él habían dos personas que en un intento por recaudar dinero pusieron en venta sus libros y comics. Sabato se encontraba en una librera pequeña denominada «de los más especiales» según me comentó ella.


Fue el primer libro que leí de él, yo tenía trece años- me dijo al ver que yo lo sostenía en mis manos. Yo en cambio lo conocía por su novela el túnel, obra publicada originalmente en 1948, en dónde se nos muestra la habilidad un tanto nostálgica y dura de este escritor. En esta novela nos define (y advierte) desde un inicio la forma nostálgica en que se desarrollarán los hechos. Por medio de Alejandra y Martín nos da las características y cualidades humanas para poder terminar de construir el rostro de esa persona que recordamos y nos atraviesa en el alma.

Luego con mucho cuidado y sigilo nos hace cuestionarnos la insignificante posibilidad del «hubiera», de no haber conocido a esa persona ¿Seríamos acaso la misma persona? ¿Qué pensaríamos de la vida? ¿Qué soñaríamos? ¿Qué palabras se hubiese tragado el tiempo? ¿Qué forma tendría nuestra intensidad? ¿En qué cielos buscaríamos sosiego? y cuando creemos encontrar la respuesta nos lleva a aquel Buenos Aires de los años sesenta y a su tan nostálgico parque Lezama, solo para hacernos ver que la posibilidad pudo existir pero ¿y la intensidad de los sentimientos? ¿Habríamos nosotros conocido el amor y la desesperación de compartir con alguien si la situación se hubiese dado de otra manera? ¿Es acaso el destino producto de miles de casualidades?

Para mí «Sobre héroes y tumbas» representa todo lo que fue y es Sabato en el mundo de la literatura hispanoamericana; y quiero creer que en esta novela nos comparte sus más íntimos pensamientos acerca de la vida. Y es que en él toda obra es una constante indagación de las razones profundas que nos gobiernan. Convencido que la ciencia no le daría las respuestas a las constantes preguntas de conocer su esencia, de llegar a lo más hondo de su alma, de conocer sus límites y sus máscaras, recurre al arte de la literatura y la pintura. Una obra nacida desde el fondo de su alma humana y esencia, que logra con una admirable paciencia mostrarnos la realidad de sentimientos como el amor, la compasión, el peso de los recuerdos y la desesperación ante una pérdida.

Las palabras que encierra este libro de Ernesto Sabato nos lleva a reflexionar sobre hechos específicos de nuestra vida y de la sociedad. Posiblemente esta sea una de las características fundamentales que se exige de la literatura y que cada vez se le da menos importancia.