Por: Jose Javier Gálvez

«Arte» es una obra de teatro de diálogos y situaciones sumamente sencillas, pero de ideas profundas y cuestionantes serias. No es, sin embargo, un libro de filosofía. Es un libro, aún así, para filosofar.

Una de las tareas a las que los filósofos en la historia han dedicado largas páginas de sus libros es la estética: la filosofía de lo bello. La pregunta central de esta rama del pensamiento ha sido siempre ¿qué es arte? Y aquí resaltan nombres como el de Aristóteles, Hegel, Cioran, Sartre, Ayn Rand, y tantos otros grandes pensadores que difieren y se refutan unos a otros en sus teorías estéticas. ¿Que puede ser considerado, en fin, como arte?

Para Marcos (personaje de este libro) , sin duda no una tela blanca sobre la que un conocido pintor ha trazado finas líneas de un color blanco un tanto más oscuro. Pero para Sergio, su amigo, sí. Y es una pintura por la que ha pagado una alta suma de dinero. Esta situación compromete a ambos y a sus visiones del arte, de lo bello, de lo válido. Así, termina inmiscuyéndose en el conflicto;  incluso Iván, un poco menos seguro de lo que piensa termina en el centro de las discusiones que enfrentan a estos tres amigos.

Pero las afrentas van más allá, porque en esta esta maravillosa obra de teatro, que nunca roza los argumentos filosóficos pero sí sus ideas centrales a través de situaciones burdas y cómicas, Yasmina Reza va más allá y nos pregunta ¿son nuestros amigos lo que nosotros creemos que son? ¿Qué valor es justo otorgar a nuestra visión de las cosas? ¿Es el artista un dios?

La complejidad de los principios puestos en tela de juicio hace parecer una desmesura el desenlace de muchas de las discusiones: la risa. Tal vez Yasmina Reza quería transmitir con frecuencia lo importante de poner a prueba nuestras premisas, y sobre todo, de no olvidar que, como dice Pérez-Reverte: «eso de que todas las ideas son respetables es una imbecilidad. Lo respetable es el derecho a expresarlas.»

Al fin y al cabo, es sin duda loable discutir sobre lo que consideramos correcto, preguntarnos si, en alguna parte del camino, no nos habremos perdido en divagaciones, reconsiderar nuestros principios y defenderlos. Pero es aún más loable finalizar toda discusión justo como Sergio, Marcos e Iván: riéndonos después de discutir.

Es difícil ver en esta obra otra cosa que una invitación constante a pensar tanto como a reír, y, como diría Josep María Flotats, actor, director y productor del estreno de «Arte» en España: «Unos retos, un gran debate público, presentados en forma divertida en la tribuna de un teatro que brilla por su vivacidad y humor.»