De allí la fetichización que tiene en nuestros tiempos  la reforma de la Constitución [en el texto la de Colombia, pero léase la de Guatemala si se quiere], ya que se la supone como clave o matriz de la acción del Estado, instancia de modernización donde se dota al Estado de sus principios, objetivos y valores.

Ello explica por qué las sociedades en transición, en crisis, lo primero que hacen es cambiar el fetiche, transformar y colocar una serie de principios de articulación entre el deber ser y la realidad imperfecta.

¿Cuáles son nuestros fetiches? ¿Cuáles los que están blandiendo hoy los contendientes al gobierno de lo público? ¿Cuáles, aún, los de la sociedad civil (concepto que a la vez define y borra los límites entre lo público y lo privado)?

El tema de la tensión entre lo público y lo privado es fascinante y de una complejidad propia a la que se debe agregar ahora la dimensión de la público no estatal (ONG’s supranacionales, entre otras).

He aquí un libro recomendable para acercarse con cierta profundidad y desde una mirada latinoamericana a este tema:

Desafíos del interés público (Identidades y diferencias entre lo público y lo privado) por Edgar Varela Barrios

De la contraportada:
Desde perspectivas multidisciplinarias (filosóficas, sociológicas e históricas) este libro aborda la relación tensa y compleja entre lo público y lo privado, a través de un hilo conductor: la reforma del Estado y de la función pública, en curso en el mundo entero desde hace varias décadas. En particular el autor pretende suministrar antes que un análisis de casos, un cuadro teórico general, revisando la literatura francófona y anglófona que se ha ocupado del tema. Ofrece un valor agregado al contrastar dichos cuadros teóricos con las especificidades de la evolución del aparato del Estado en América Latina.