Un millón de proyectos. Un millón de complicidades. Un millón de conexiones. Un millón de encuentros. Un millón de diálogos. Un millón de itinerarios. Un millón de puertas. Un millón de revelaciones.

En SOPHOS queramos reflejar la cálida multiplicidad, la mágica variedad, la generosa oferta, la creatividad sin límites de la existencia.

Creatividad presente en los libros, claro, cuyas páginas plurales encierran mundos –y mundos dentro de mundos– pero también presente en aquellos que los leen, todos esos miembros que conforman nuestra rica comunidad cultural, nuestra inagotable tribu.

Esos que no quieren quedarse en lo mismo, que escarban más allá de lo acordado, aventureros que no desean seguir pegando en el yunque–de–lo–de–siempre. Esos que, unidos por un abundante y renovador espíritu de apertura, de exploración, de fresca posibilidad, saben encontrar cosas interesantes y excepcionales y sensibles y estimulantes en toda suerte de lugares y situaciones. Esos que saben hallar soluciones integradas en un paisaje proteico de perspectivas y pensamientos. Esos que están flexiblemente abiertos a la transformación y el cambio, de ellos mismos y de su entorno.

No tenemos por qué ser todos monolíticamente iguales, vamos. Si hay una salvación, está en la diferencia. Y en el respeto de la diferencia. Y en el asombro de la diferencia. En
el placer de la distinto.

Cada cual tiene su toque, su paladar, su gesto, su naturaleza, su propia milagrosa forma de ser… SOPHOS es un espacio, un hábitat armonioso en donde todo lo que es periférico y divergente encuentra su lugar ultra–único, su nicho íntimo. En esta casa todos caben. Hasta el más solitario.

Y nos relacionamos. Comunicamos. Cohabitamos. Reciprocamos. Libremente. Ningún problema.

Quien está sin el otro está manco.

Nuestra identidad es lo coral.