Situada en la Francia de mediados del siglo XVIII, El Perfume es una novela histórica en la que nos encontramos con el particular personaje de Jean-Baptiste Grenouille, un extraño infante que es rechazado por su madre desde el parto, y quien como un ser humano utilizando su primer instinto de supervivencia se ve obligado a elegir entre la vida y el amor.

A su vez, este peculiar individuo nace con una extraña característica: no expide olor alguno y, sin embargo, tiene un olfato sobre desarrollado que le permite detectar y distinguir todas y cada una de las fragancias que lo rodean, así como el significado que conlleva cada una de estas. Debido a este prodigioso sentido del olfato, Grenouille percibe de una manera más clara la esencia de las cosas y las personas a su alrededor sin las distorsiones de sus demás sentidos. La falta de esencia olfativa y el constante rechazo que experimenta el protagonista lo lleva al punto de tomar el odio como la única fuerza que lo motiva y lo lleva a cometer las atrocidades que esta novela describe.

En cualquier novela una tarea esencial del autor es situar al lector en el contexto de la historia a través de descripciones que involucren sus sentidos, y en ese sentido Patrick Süskind se sirve pintar un panorama por medio de hedores y fragancias para facilitar la inmersión del lector en la narrativa del libro. Aunado a estas descripciones olfativas, Süskind transmite las ideas de su personaje principal con palabras que comunican la miseria, el rechazo y el aislamiento que caracterizan al personaje psicópata, quien tiene tal vez un mayor entendimiento lógico de las personas que ellas mismas, y aún así carece de un sentido de pertenencia a la sociedad humana con la que interactúa.

A lo largo de la historia, Süskind nos describe a su antihéroe comparándolo metafóricamente con una garrapata terca, obstinada y repugnante, que se aferra a cualquier forma de vida a la que pueda morder y succionar, pasando desapercibida mientras resiste las condiciones más fuertes a las que se enfrenta.

La deshumanización de Grenouille proviene de un deseo por sobrevivir y asimismo una pasión por estar vivo, pues al tener que enfrentarse a la adversidad y viviendo en la miseria encuentra en la perfumería una razón para mantenerse con vida. 

Al leer esta novela, el lector se encuentra con una variedad de elementos literarios que llaman la atención. Además del evidente y siempre llamativo realismo mágico, Süskind utiliza el naturalismo irónico en sus sórdidas descripciones de los elementos más repugnantes de la historia, y por otro lado cuenta con pequeñas pinceladas de las características que rodean al héroe absurdo de Camus y al esquizofrénico marginado de Dostoievski. La historia de Grenouille se presta para un análisis filosófico y psicosocial sobre la naturaleza del amor y el odio hacia la humanidad que experimenta este personaje.

No hay duda de que este libro merece el reconocimiento internacional que ha recibido, apareciendo entre las listas de los más vendidos durante casi una década y siendo adaptado a guión cinematográfico en el 2006. Esta aterradora novela, además de entretener, busca explorar los componentes de lo que conocemos como esencia del ser humano.