​Los enamoramientos
de Javier Marías
por Nicolle de la Vega
“A ninguno debe ofendernos que alguien se conforme con nosotros, a falta de quien fue mejor.”
pág. 173


Javi
er Marías es conocido por su narración inteligente, que más que entretener al lector, busca la subjetividad del ser humano, el peso de las decisiones, y presentar de alguna manera, aquella conexión que va más allá de los vínculos terrenales que pueden romperse con una simple inexactitud, como el tiempo.

El enamoramiento es la antítesis de la lógica y puede ser fácilmente confundido con el amor. Sin embargo las acciones que se desprenden de ese estado pueden contrariar incluso los principios más enraizados de nuestro ser. Esta novela se enreda en una de las emociones más humanas y difíciles de explicar.

María Dolz, la protagonista y narradora de la novela, asiste todos los días a una cafetería, donde observa a una pareja de la que poco sabe y que acaso envidia, pues son ellos quienes le brindan algo de optimismo a su día a día. Sin embargo, un día se entera del asesinato del hombre a manos de un completo desconocido.

Más adelante, María se involucra en una relación que la llevará a descubrir los pormenores del suceso y no termina allí, se ha enamorado perdida y silenciosamente de aquél que no puede ver más allá de una promesa, quizá, hecha por casualidad. El relato, más de una narración, se puede describir como la reflexión de los hechos, sin por ello dejar de ser interesante o alejar al lector del libro.

Javier Marías condensa la pérdida, el miedo y todos esos desvaríos que ocurren con la muerte de un ser querido y con el enamoramiento, que más que ser opuestos parecen tener más en común de lo que se cree, ambos pueden hacer que las personas que lo padecen recurran a actos que, de no estar bajo esas circunstancias, no cometerían.

Los enamoramientos, son pues, nebulosos, envolventes y difícilmente descifrables. Nadie desea que su historia de amor, por más incorrecta que ésta sea quede encerrada como los libros “cuyo tiempo está quieto y acecha cerrado siempre, pidiendo que se lo destape para transcurrir de nuevo y relatar una vez más su vieja historia repetida”.