Escritos breves de James Joyce marca tres etapas trascendentales de su escritura; en cada una se percibe el antecedente de la madurez literaria, la innovación de técnicas narrativas y la inclinación por la gramática comparada, cualidades que posteriormente perfeccionaría en obras como Ulises y Dublineses.

Escritos breves de James Joyce reúne tres textos juveniles en los que se aprecia la calidad futura de su obra: Epifanías, Un retrato del artista, y Giacomo Joyce. Epifanías revela al Joyce joven que observa con minuciosidad sus emociones desatadas por sus vivencias propias. Temas como la muerte y el amor nutren los periplos juveniles del escritor.

 

En Un retrato del artista se proponen los eternos conflictos del arte tales como la apreciación de la labor artística, –predeterminados por paradigmas sociales–, y la postura del artista frente al ejercicio de la sexualidad. Sin un descarado narcisismo sin fundamentos, en Un retrato del artista, Joyce logra exponer su apreciación del arte desde la perspectiva de los artistas a quienes admiró. Por último Giacomo Joyce es una fusión de los dos breviarios anteriores; la mezcla certera donde se mencionan lugares y personajes que dieron un aporte significativo a sus relatos posteriores convirtiéndose en cómplices del reconocimiento del escritor irlandés. En conclusión, en Escritos breves se compendian las raíces de la excelencia del autor de obras como Ulises y Dublineses.