Mujer con tendencias suicidas, amante del alcohol, cazadora del sexo apasionado… así es Señorita Vodka. Un trepidante relato que sorprende con un final digno de un caso de la realidad cotidiana, en una nueva propuesta narrativa.

Hablar de Señorita Vodka es hablar de una actualidad que no esconde nada detrás de sí. Esta historia nos transporta a un lugar desconocido, un lugar que anida en cada ciudad del mundo situado en el extremo de la soledad y las perversiones que escodemos los seres humanos. Una historia de amor cuyo lenguaje destila la venganza narrada por Vodka, una prostituta que vive dentro del mundo de las drogas y clubes nocturnos baratos.

La obsesión por el amor hacia un hombre desata en ella el deseo por cuatro hombres más; todo en un ambiente de arrepentimientos y cuestionamientos hacia su propia estirpe: las mujeres. La novela está cargada de sexo vulgar postulándose como una crítica social desde la perspectiva de una mujer del “bajo mundo”. Con sutileza, Susana Iglesias nos envuelve en una narración pendular, lo que nos obliga a volcar toda la atención sobre los cambios narrativos y seguir dentro de una lectura que desde su inicio sabe cómo mantener la expectativa que la trama pueda llevar. Como espectadores, se camina de la mano de un policía corrupto pero de sentimientos nobles; descubriremos como Vodka lleva a cabo una fingida muerte, acontecimiento que la conduce a una dulce venganza hacia el hombre que amó tiempo atrás. Mujer con tendencias suicidas, amante del alcohol, cazadora del sexo apasionado… así es ella. Un trepidante relato que sorprende con un final digno de un caso de la realidad cotidiana, en una nueva propuesta narrativa.