Estos son extractos de tres entradas escogidas al azar (¿es posible escoger al azar?) de la Nueva enciclopedia que Alberto Savinio publicó en 1954 porque «tan descontento estoy de las enciclopedias que me he hecho la mía propia para mi uso personal «.

Aunque no falte hoy quien pretenda echarse semejante lance, solo alguien como Savinio puede presumir de haberlo hecho, y de haber conseguido una obra tan irreverente como aguda, en la que cada entrada se defiende por sí sola sin necesidad de ninguna retaguardia.

MEMORIA: Nosotros los italianos decimos conoscere a memoria, y también conoscere a mente (saber de memoria). Los franceses dicen: connaître par coeur, los ingleses to have by heart. ¿Qué se puede deducir de esto?, ¿que el italiano es más «mental» que el francés y el inglés? Gusta, en cualquier caso, la forma francesa: la cosa que sabemos de memoria, sin necesidad de instrumentos o documentos intermedios, la sabemos «por medio del corazón«, o sea, la amamos, como si el recordar fuese amar, lo que, de hecho, es.

HITLER: […] Desde lo profundo de mi infancia hasta hoy, que tengo más de medio siglo de vida, siempre he opuesto una indiferencia total, siempre he abrigado un profundo desprecio por las cualidades que constituyen la «grandeza» y la «gloria» de hombres como Alejandro, como César, como Napoleón, como Hitler, como Mussolini. El error consiste en distinguir, entre estos «tipos», los que triunfan de los que fracasan. No se trata de volverse contra Mussolini y contra Hitler cuando Mussolini y Hitler entran en la fase de desgracia y comienzan a no dar ya de sí lo que los otros «esperan de ellos»: se trata de invertir la opinión que sostiene a estos «tipos»; se trata de acabar con las ideas que hacen, no ya posibles, sino ardientemente deseables a hombres como Hitler o Mussolini. Se trata, en una palabra, de un cambio radical del concepto de grandeza.

ETIMOLOGÍA: Mi hija (de cinco años) ha descubierto que los fósforos se llaman así porque «se encienden». En sus ojos de oro ha lucido una luz nueva, primer reflejo de una inteligencia más firme de las cosas, de una felicidad más apuntalada por la razón. El mismo júbilo debió de sentir Leopardi al descubrir que náusea viene de naus, nave, y yo también, años más tarde, me sentí muy contento de descubrir que corbata viene de croata, y que las dos primeras letras de snobismo son sigla de sine nobilitate, o que tiranno significó en su origen guardián del queso. El descubrimiento etimológico es una «iluminación». El descubrimiento etimológico nos da la impresión (o la ilusión) de tocar con la mano la verdad. De aquí esta gratísima sensación de ambición saciada.