Los meses y los días son pasajeros de las edades, siendo también viajeros los años, que van y vienen.
Para los que dejan flotar su vida sobre un barco o envejecen llevando los frenos de los caballos, todos sus días son viaje y hacen del viaje su morada.
[…] Yo mismo, desde hace algunos años, como jirón de nube invitado por el viento, no he parado de abrigar pensamientos de vagabundeo […]
Remendé mis calzones, cambié las cintas de mi sombrero […]
Al salir de mi choza, colgué de uno de sus pilares los ocho primeros poemas de una serie de cien. El primero decía:

Hasta en mi choza
Habrá otros moradores,
Y habrá muñecas.

En Senda hacia tierras hondas (Senda de Oku) de Matsuo Bashō (versión española de Antonio Cabezas)