Hoy sábado, 26 de enero recibí la noticia de la muerte de Gaby y de inmediato estallaron los recuerdos. Mi mente me llevó a la última vez que habíamos hablado. Yo estaba husmeando entre los libros de Chesterton, ella me preguntó que si había leído al Padre Brown, le dije que no, después de cinco minutos estaba convencida que me gustaría y así fue, paré comprándolos.
Pase toda la clase pensando en lo extraño que sería no verla. De la U me fui a Sophos quería ver al queridísimo ratón y a los demás, deambular por los libros, tomar un Fox Trot o un café. Estar allí simplemente. Sentada en una mesita a solas pude sentir su ausencia intensamente.
Al llegar a casa corrí a buscar los ejemplares de Chesterton con el afán de leerlo, tratar de encontrar la escena que habíamos discutido y recrearla una y otra vez. El tiempo se congeló en aquellas páginas.

Hace más o menos tres años que la conocí, creo que más o menos en ese tiempo empezó su lucha. Una lucha que siempre la vi mantener con entereza, paz y sin lamentos. Gaby, me abrió el camino hacia nuevos universos literarios, también me enseñó de gentileza, de humildad y sobre todo de serenidad.

Leí una entrevista que le hicieron no sé hace cuanto y me llamó la atención la respuesta a la pregunta sobre su actual estado espiritual: TRANQUILA.

Gaby mil besos, abrazos, palabras, poemas, libros, bibliotecas, sonrisas para ti.

DESPEDIDA de Jorge Luis Borges
….No habrá sino recuerdos. Oh tardes merecidas por la pena, noches esperanzadas de mirarte, campos de mi camino, firmamento que estoy viendo y perdiendo… Definitiva como un mármol entristecerá tu ausencia otras tardes