Hacía mucho tiempo que deseaba encontrarme con un libro como éste. El pobre Schveik, soldado por la adversidad, hará que la Gran Guerra quede en el ridículo que se merece.
En medio del conflicto por el asesinato del Archiduque heredero del Imperio Austro-Húngaro, Schveik es un hombre común y corriente que una noche va, como de costumbre, a tomar una cerveza en la taberna más cercana. Lo que no sabe es que, la policía secreta está en busca de cualquiera que pueda representar una amenaza a su monarquía. Aunque Schveik no representa ninguna en realidad, estando en la taberna simplemente comenta los hechos y el asesinato. Esto es motivo suficiente para que se le encarcele como “sospechoso”. Y de ahí arrancarán las aventuras que vivirá en la Gran Guerra.
Con el humor más negro posible, el autor, Jaroslav Hazek, nos presenta a un Schveik que hará de la guerra un hecho caricaturesco. Todos, desde el emperador, hasta el último soldado del Imperio, quedarán reducidos a personajes de parodia que harán reír hasta más no poder, con esas altas cargas de sarcasmo crudo y afilado.
Es una burla contra el poder, contra el deseo de superioridad y contra cualquier razón que pueda empujar hacia un conflicto armado. Esta es una de las novelas que considero infaltables en la biblioteca personal, un libro excelente para aprender Historia y maravilloso para reír con ella.
Las aventuras del buen soldado Schveik durante la Guerra Mundial
Por Jaroslav Hazek
Gabriela Navassi
En cuanto vi el título vino a mi de golpe mi infancia. Mi papá era un gran fanático de las Guerras Mundiales y de los autores de aquella época así que mientras a algunos les leían la Caperucita Roja a nosotros nos leían extractos del Zorro del Desierto y por su puesto de El buen soldado Švejk. En aquella época nos parecia un poco «rara» la lectura pero luego cuando tuvimos edad para disfrutar las historias quedábamos fascinados. Jaroslav Hasak junto a Kafka han sido grandes figuras de las letras checas. El personaje de un soldado demotivado y pícaro le da el perfecto tono antimilitarista nos muestra el aburdo de la guerra. Si mal no recuerdo papá decía que alguien más la había terminado…el autor había muerto antes de acabarla. No sé si sea cierto… Por cierto he buscado su copia y no la encuentro!!!
¡Qué lujo de papá el tuyo, Lorena! Ojalá más padres tomaran en serio a sus hijos.
Por mi lado, quería compartir lo que Kundera dice del buen soldado Schviek en su ensayo El Telón:
“Me siento algo incómodo al situar a Jaroslav Hasek entre estos novelistas a los que, en mi ‘historia personal de la novela’, considero los fundadores de la modernidad novelesca; porque a Hasek le importó un comino ser moderno o no; era un escritor popular en una acepción que ya no se lleva, un escritor-vagabundo, un escritor-aventurero, que despreciaba el ambiente literario y era despreciado por él, autor de una sola novela que enseguida encontró un amplio público por todas partes.”
“Un escritor popular en una acepción que ya no se lleva”. Tantas cosas que ya no se estilan, como leer a los hijos cosas que no sean “para niños”, arriesgándose a que no entiendan y se aburran, pero exponiéndolos a horizontes tanto más amplios que los de la vida cotidiana (Disneylandia incluida); o tomar un libro al azar y arriesgarse a leerlo, aunque nadie lo haya recomendado, pero exponiéndose a descubrimientos insólitos; o salir a caminar sin paraguas.
Algo que te olvidaste de mencionar, Lorena, es que aún hoy en día en la Republica Checa se trata de Schweijk a uno que encuentra todos los trucos para evitar el cumplimiento de su deber. Escribir un único libro, si!, pero que libro! para entrar directamente con su héroe en el lenguaje usual de un pueblo.