Breves conversacionesBreves conversaciones de la sicosis de Juan Pablo Dardón es una colección de poemas largamente incubados, emotivos, directos y evocativos de las vicisitudes de la adolescencia tardía. El poema “Pan le escribe a Wendy” encierra una de las modalidades de lectura para comprender esta aparente elegía al síndrome de Peter Pan. La visita coloquial y franca a estos pasajes comunes para quienes están entrando apesadumbrados a la adultez genera una identificación inmediata, inevitable, de alguna manera gozosa. Asistimos a las celebraciones nocturnas, a la añoranza de la juventud que se escapa, al dolor que causa haber engendrado un hijo distante.

Desde que fungiera como director del extinto suplemento Monitor del periódico Siglo XXI hasta sus más recientes reportajes en la revista Taxi, Dardón pertenece a un selecto grupo de periodistas jóvenes (Hurtado, Masaya, etc.) que están innovando el periodismo cultural en el país. Sin embargo, resulta interesante contrastar el acertado tono festivo de sus textos periodísticos con el impresionante tono melancólico de su obra poética. Acaso Dardón alcanza sus mejores momentos discursivos cuando contempla el abismo y nos cuenta lo que observa. Para ilustrar la fuerza, el ritmo, el desenfado que tiene la escritura de Dardón, cito a continuación un fragmento del poema inaugural: “Las tumbas de mañana”

sostengo en una mano la violencia y en la otra un vaso
intenten ustedes pasearse por el mundo en esa condición
por eso no puedo hacer cosas llenas de gracia
como reírme con las pláticas triviales y sus transeúntes
realizar genuflexiones frente a dios y las mujeres
las mujeres que me persiguen para descuartizarme el pecho
no
intenten ustedes vivir en este raro odio que tengo por todo
o mi religión por el vaso y su perenne trago
o la bacanal de la violencia, el nunca estarse quieta en mi mano,
o la risa de mi hermana que sale brincando las paredes
cuando no puede moverse de la mordaza de la cama
al escucharla las aves vuelan y ella se va con ellas
vuela mi linda, ríe preciosa

Sin menoscabo de la altura poética del poema anterior y varios de los incluidos en Breves conversaciones de la sicosis (“lección”, “canción para ser cantada en la regadera”), mi favorito es “lección de arena”, uno de los más hermosos cantos que jamás he leído acerca de la difícil relación entre un padre y un hijo. Me abstengo de citar un fragmento, para motivar al lector a que tenga el agrado de experimentar la plenitud de uno de los poemas más conmovedores de la literatura guatemalteca contemporánea.