¡Vaya 20 años!

El 14 de octubre de 1998 se firma la escritura de constitución de la sociedad SOPHOS, S.A. y el 16 de diciembre del mismo año, con el huracán Mitch justo en medio, la librería SOPHOS abre sus puertas, con algún temor pero con mucho entusiasmo, a una comunidad de lectores en Guatemala sedientos de “leer este mundo” que hasta hacía tan poco (esa terrible guerra nuestra llegó formalmente a su fin apenas dos años antes) parecía tan lejano.

¿Quién habría pensado que esos cortísimos meses de preparación serían la antesala a 20 años de una actividad cultural casi frenética? ¿Cómo imaginar que la confianza de tantos lectores nos llevaría a ofrecerles unos 300 eventos públicos cada año?

¿Cómo anticipar la magnitud del hambre, la dimensión de la curiosidad, la necesidad de conversar y debatir, de una ciudad entera que, desde entonces, ha llevado a sus casas y bibliotecas más de un millón de libros?

Este año se cumplen 20 de aquella apertura que no pretendía más que ofrecer un espacio cómodo para que los lectores pudiéramos dar rienda suelta a nuestro gusto por la lectura. Con la humildad de quien se sabe ignorante, el entusiasmo de quien confía que su pasión será compartida y el tesón de quien sabe que su capacidad de trabajo es su única riqueza, Marilyn Pennington, la fundadora de SOPHOS y mi madre, quiso simplemente ofrecer un espacio íntimo y amable para los lectores. Y proponer libros dignos de la inteligencia y sensibilidad de estos.

Quienes la hemos seguido en ese sueño, hemos recibido en contrapartida la compañía y amistad de tantos lectores, viejos y nuevos, que nos han enseñado, tanto como los autores que leemos, a leer, a pensar y a sentir.

Salimos ganando.