Descripción

Cuatro siglos han pasado de cuando el Quijote anduvo en La Mancha a la par del amigo Sancho, pero Don Francisco Pérez de Antón nos recuerda que, por más que los años hayan pasado y por más que los océanos nos separen, la lengua nos une al caballero de la triste figura.

El chapín emplea, sin saberlo, voces y expresiones que el mismísimo Sancho usaba para convencer al Quijote de andarse más quedito. Y de la misma manera, el tiempo y la distancia han podido menos que el antojo y la tradición, porque algunos platillos de nuestra mesa guatemalteca nos llegan (casi) directamente de los que Dulcinea le hubiera puesto a Don Quijote.

Las palabras de Alonso Quijano siguen vivas en la lengua de los chapines, como siguen sus paladares bañados en algunos guisos de herencia manchega. Esta noche, en compañía de Don Francisco Pérez de Antón, tendremos la ocasión de revivir una cierta España del siglo XVII en nuestro propio siglo XXI.