Existe un lugar entre dos océanos, con 23 lagos y 33 volcanes. La madre Tierra bendijo este lugar encantado. En esta tierra nacieron ellos, los Hombres de Maíz (los Señores del Tiempo, los Maestros del Jade),los poco conocidos guerreros xinca, y los de piel oscura.
Si Guatemala es uno de los más bellos países del mundo se debe a sus indígenas.
La historia constitucional guatemalteca, en lo que al espacio indígena se refiere, es una zona de muchas más sombras que luces, es toda una constelación eclipsada. El constitucionalismo guatemalteco está así lleno de ausencias intencionadas y presencias difuminadas, de grandes ausencias y pequeñas presencias, lo que ha contribuido, sin lugar a dudas, a haber dejado sin zanjar lo que se conoce como “la cuestión indígena”.
La Constitución de 1985 es la primera en reconocer la presencia de los pueblos indígenas y tras ella se produce un reconocimiento «en cascada».Debemos recordar las palabras de Mauricio Quixtán al firmar la Constitución de 1895: “No nos olviden. No nos pierdan de vista».
Conferencista:
María Rosario Andrés, presentó su tesis Doctoral en la Universidad Francisco Marroquín y la Universidad del País Vasco de Bilbao, bajo el título «Los pueblos indígenas en el constitucionalismo guatemalteco. Grandes ausencias y pequeñas presencias».
La tesis mereció de nota un «Cum Laude por unanimidad», haciéndose eco de ella los medios de comunicación, prensa, radio y televisión. Actualmente se dedica a la docencia y tiene previsto comenzar sus estudios en la carrera de Historia.