El puñal y el corazón: posibles ausencias (Editorial Palo de Hormigo, 2006) de Luis Fernando Alejos (1980) es una secuencia vertiginosa de micro-relatos. Más que perseverar en cuentos convencionales, se trata de lo que se ha venido denominando, desde Augusto Monterroso, micro-ficción, casi un género en sí mismo. Difícil encontrar una categorización más puntual para lo que son textos lacónicos, cuya condensación temática y sintaxis mínima le permiten al autor crear una intensidad narrativa deslumbrante. Por fortuna, con poca frecuencia, los lectores son enfrentados a una experiencia tan asfixiante como la que experimentarán quienes visiten el distrito, rojo, de Alejos.
Vale la pena llamar la atención del lector a la primera publicación de Alejos, un libro breve y atrevido, una suerte de manifiesto de palabras, imágenes y anhelos. Cabaret, aún circulan algunas copias por ahí, era un colección de poemas escritos sobre fotografías, letras sobre la piel de muchachas desnudas. Los poemas, entonces, también eran intensos y vertiginosos.
El puñal y el corazón, de una unidad estilística admirable para ser considerado la primera incursión del autor en narrativa, se divide en dos punzantes temáticas: la violencia y el amor. Sin embargo, se ha de advertir que la focalización no es en ningún momento, lo digo en términos hermenéuticos, directa, sino que más bien, alegórica, metafórica y, en el mejor de los casos, irónica (diferida, reflexiva). Es decir, no se trata de la descripción de situaciones grotescas o llanas sino que, al emplear las figuras retóricas clásicas, se establece un tratamiento refinado que, irónicamente, maximiza la violencia y la ternura.
El empleo del humor, aún en situaciones extremas, convierte a El puñal y el corazón en un libro perturbador. El humor recurrente, desplegado como un recurso brutal, inesperado, frío y preciso como un bisturí, es lo que permite romper, con una carcajada, el ambiente de tensión y desasosiego que provocan las graves situaciones (asesinatos, suicidios, traiciones) ante las cuales queda expuesto el lector, en particular en El puñal, la primera sección. Luego, la sensación predominante es la nostalgia, la silenciosa añoranza que labra la ausencia en el estado anímico, El corazón. Hay soledad en el corazón. The heart is a lonely hunter, parece, como para estar a tono con las múltiples referencias a las letras provenientes de la cultura pop que pueblan esta segunda parte del libro.
Situado en el contexto de la literatura guatemalteca, El puñal y el corazón debió haber sido el último título de la memorable y un tanto mítica colección Después del fin del mundo, de la extinta Editorial X, que difundió la micro-ficción de Javier Payeras, Byron Quiñónez, Francisco Alejandro Méndez y Jacinta Escudos, por mencionar algunos. Sin embargo, tuvo el insustituible mérito de ser el último texto editado por Juan Fernando Cifuentes.