En general, mi mayor problema con los libros de cuentos es que muy pocas veces el escritor logra emocionarme en tan pocas palabras con sus personajes, sus situaciones o la narración. Hay muy pocas excepciones y esta es una de ellas.

Cada cuento de Pelea de Gallos es parte de un todo. Un todo que al final refleja una realidad y por eso golpea muy cerca en más de uno de sus relatos.

En estos cuentos, las mujeres son las protagonistas, pero también lo es la violencia, la injusticia y la desigualdad con la que crecemos siempre. Lo que más le alabo a este libro fue su capacidad de captar mi atención y mi corazón por cada uno de sus personajes. Y creo que aunque no todos hayamos pasado por las calamidades que muchas veces se cuentan, es posible que lo hayamos escuchado de cualquier otro. El libro en sí es universal, pero quienes hemos crecido en sociedades latinoamericanas nos sentiremos todavía mucho más reflejados.

La narrativa de María Fernanda, además, se impregna en nuestra mente sin necesidad de palabras complicadas o metáforas exageradas. En su sencillez consigue que lo complejo de cada historia, sus olores, sabores y hasta el clima se sientan reales. Ampuero nos gana cada round con un knock out en cada una de estas historias.